lunes, 13 de octubre de 2014

Top manta. Africanos por Gran Vía

Viene la policía y todos corren despavoridos
con sus pocas pertenencias para vender
en el top manta.

Con tanta gente un sábado por la noche, es más fácil huir de la policía, que suele
irrumpir en coche. Y sólo persigue desalojarlos de los sitios céntricos y turísticos, que es
precisamente donde mejor se vende.

Son el último eslabón de una cadena de los productos piratas. Pero ellos
no ganan más de 300 euros al mes.

La mayoría están en un limbo legal, y su vulnerabilidad es lo que les hace
presa de estas mafias, que según la policía está en manos de grupos chinos, 
y que incluso están dominando el “mercado” callejero, sustituyendo casi totalmente 
a las redes de africanos y subsaharianos, que ahora pasan a estar doblemente marginados.

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