"Madrid amanece con ruido, con humo y oscuros borrones flotando entre nubes".
Así comenzaba una mítica canción de Hilario Camacho,
publicada en el 81 del pasado siglo.
Este lunes me amaneció en ese atobús de la foto,
y cuando me quise dar cuenta ya tenía el estribillo clavado.
Creo que no me deshice de él hasta que llegué a mi destino.
Como un ronroneo mañanero, cuando aún no piensas.
Fue una sensación agradable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario