- ¿Cómo está usted, cómo se encuentra?
- Bien, bien.
- Parece que tiene muy buen color.
- Sí sí.
- Si ha vuelto a coger la bici. Está usted hecho un valiente.
- claro, claro.
- Bueno, dé recuerdos. Y ojito con la curva de la casa de Juan, que tiene mucha arena.
- Ya, ya. La conozco hijo, la conozco. Ahí ni se me ocurre tocar el freno.
(Advertencia: esta conversación es absolutamente imaginaria).
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